SOBRE EL AMOR
Dicen que el amor es como
la luna: si no crece, mengua. Massi y yo después de una fase de amor
lleno y bien gordito, de repente nos hemos encontrado en una fase de
amor menguante y como esa piedrita que es capaz de generar una
avalancha, nuestras pequeñas discusiones cotidianas se convirtieron
en peleas tan furiosas que hicieron correr hasta la policía peruana.
Por eso decidimos aplacar nuestros
ánimos y separarnos por un par de semanas: Massi se quedó en las
playas del norte de Perú (Mancora, Organos, Punta Sal, etc), un
desierto de tierra roja y arbustos que se extiende hasta el océano
azul. Las playas son enormes y hermosas, miren aquí qué bonito!
HASTA IQUITOS EN BARCO
Mientras tanto Nico se subió a un bus
hacia la selva, con el objetivo de llegar a Iquitos, una ciudad
peruana en la Amazonía, que es la ciudad más grande del mundo a la
que no se puede llegar en carro, sino únicamente en barco o en
avión.
Para llegar a Iquitos en barco hay dos
caminos: desde el norte por Yurimaguas, y desde el sur por Pucallpa. Yo
llegué a Yurimaguas de donde zarpé en la embarcación “Eduardo
VI” que navega durante dos días y dos noches por el Río Marañon.
El barco está muy muy lleno de seres humanos y transporta mercancías
de todo tipo. La mayor parte de las personas duerme en
hamacas,pegaditos los unos a los otros.
La vida a bordo es bastante vivaz, tres cocineros gays preparan y sirven las comidas para todo el mundo, los vecinos de hamacas están tan cerca de uno que es natural hacerse amigos y se forma una especie de familia contingente. Muchos viajan por trabajo, otros regresan a sus casa o van a visitar la familia, otros parece que sólo viajan para convertir los pecadores a Dios y no faltan los viajeros aventureros de todo país. Me la pasé brincando de una conversación a otra, de una historia a la otra, de una vida a otra.
Mientras tanto el río avanzaba seguro y una linea de selva es la única frontera entre cielo y agua. “¡Wow, que aventura!” pensaba conmigo misma y todavía no sabía lo que estaba por venir.
La vida a bordo es bastante vivaz, tres cocineros gays preparan y sirven las comidas para todo el mundo, los vecinos de hamacas están tan cerca de uno que es natural hacerse amigos y se forma una especie de familia contingente. Muchos viajan por trabajo, otros regresan a sus casa o van a visitar la familia, otros parece que sólo viajan para convertir los pecadores a Dios y no faltan los viajeros aventureros de todo país. Me la pasé brincando de una conversación a otra, de una historia a la otra, de una vida a otra.
Mientras tanto el río avanzaba seguro y una linea de selva es la única frontera entre cielo y agua. “¡Wow, que aventura!” pensaba conmigo misma y todavía no sabía lo que estaba por venir.
CINCO MINUTOS EN IQUITOS
Alguien me metió la idea que desde
Iquitos (Perú) podía regresar a Ecuador navegando por el Río Napo,
que es un afluente del río Amazonas (Massi y yo teníamos que volver
a Ecuador para dar unos talleres). Sin embargo nadie podía darme
informaciones exactas sobre ese recorrido y por lo visto el barco a
Ecuador sólo sale una o dos veces al mes. La Edoardo IV llegó a
Iquitos a las 4.30 del lunes y, como siempre, un montón de
vendedores, guías turísticas y personajes varios se subieron a
bordo para cazar turistas y vender tours en la selva. Pregunté sobre
el barco a Ecuador y uno de ellos me dijo que zarpaba justo el día
siguiente. ¡Qué suerte! Le conté a Jose, un español que querría
darse la misma vuelta, él fue a preguntar y regresó corriendo:
“vamos, vamos, el barco a Ecuador sale ya mismo!”
Agarré mis cosas al tiro y saltamos de
un barco a otro hasta la embarcación “Cabo Pantoja”, donde un
pizarrón decía “Salida hoy, sin falta”. Justo tuve el tiempo de
comprar tres botellas de agua y dos rollos de papel higiénico y
realmente mis pies tocaron el suelo de Iquito por un máximo de 5
minutos.
OCHO DÍAS MÁS DURMIENDO EN HAMACA
De inmediato me fue claro que la “Cabo
Pantoja” no era un lugar propiamente para turistas: el barco era
una enorme chatarra oxidada, el puente inferior era un lugar infernal
con un olor a baño público y en el puente superior había una
reunión familiar y estaba todo el mundo bien borracho. Con Josè nos
acomodamos en el puente superior (mejor los borrachos que el tufo a
mierda!) y la Cabo Pantoja zarpó poco después. Sin embargo no
eramos los únicos turistas, también estaba Joanes de Alemania,
Flora de Francia y Mauri de Argentina. Una buena mezcla de
nacionalidades.
POR EL RÍO NAPO
Empezó la navegación
que duró 8 inolvidables días, el barco avanzaba a la velocidad de
una bicicleta, paraba en todas las aldeas para cargar y descargar
mercancías y a veces paraba en lugares donde no se veía ninguna
casa pero inexplicablemente salían personas de la selva que estaban
esperando el barco.
El viaje nos regaló amaneceres y atardeceres tan bellos que nos poníamos a reír por la felicidad, aventuras dignas de un libro de García Marquez, tranquilidad y muchas buenas conversaciones.
En algunas comunidades pudimos bajar a caminar por la selva o bañarnos en el río y en una aldea hasta se organizó un partido de fútbol entre los locales y los pasajeros.
La llegada del barco era un evento y en las aldeas todo el mundo venía a saludarnos, todo el mundo se conocía como un gran barrio de dimensión amazónica.
Me emocionaban las noches, me quedaba despierta cuando todo el mundo dormía, la luna llena iluminaba la selva y el agua se convertía en un río de plata, a veces el barco apagaba los motores y deslizaba en silencio sobre el agua.
El viaje nos regaló amaneceres y atardeceres tan bellos que nos poníamos a reír por la felicidad, aventuras dignas de un libro de García Marquez, tranquilidad y muchas buenas conversaciones.
En algunas comunidades pudimos bajar a caminar por la selva o bañarnos en el río y en una aldea hasta se organizó un partido de fútbol entre los locales y los pasajeros.
La llegada del barco era un evento y en las aldeas todo el mundo venía a saludarnos, todo el mundo se conocía como un gran barrio de dimensión amazónica.
Me emocionaban las noches, me quedaba despierta cuando todo el mundo dormía, la luna llena iluminaba la selva y el agua se convertía en un río de plata, a veces el barco apagaba los motores y deslizaba en silencio sobre el agua.
PESCANDO PIRANHAS EN EL YASUNÌ
El siguiente lunes
llegamos a la frontera y pasamos al primer pueblo de Ecuador: Nuevo
Rocafuerte.
Aquí los mismos policías de migración nos invitaron a pescar pirañas en la Reserva Natural Yasuní. Sin detenernos sobre el hecho de que pescar en una reserva natural está prohibido, fue una oportunidad única para entrar al Yasuni. Yasuni es una reserva amazónica entre la más importantes del planeta y por diversidad biológica; además allí viven algunas poblaciones indígenas en aislamiento voluntario. La Reserva Yasuní ha sido protagonista de una iniciativa única de conservación por parte del gobierno de Correa, llamada Yasuní ITT (aquí si quieres saber más).
Describir ese lugar es imposible, creo que sólo allá he podido ver la verdadera jungla, la foresta amazónica como tenía que ser al inicio de los tiempos. Pajaros y delfines rosados nos acompañaron hasta una hermosa laguna poblada de pirañas, cocodrilos y boas.
Por suerte los guarda-parques nos prohibieron pescar pero nos quedamos contemplando la selva hasta en la noche. ¡Fue hermoso!
Aquí los mismos policías de migración nos invitaron a pescar pirañas en la Reserva Natural Yasuní. Sin detenernos sobre el hecho de que pescar en una reserva natural está prohibido, fue una oportunidad única para entrar al Yasuni. Yasuni es una reserva amazónica entre la más importantes del planeta y por diversidad biológica; además allí viven algunas poblaciones indígenas en aislamiento voluntario. La Reserva Yasuní ha sido protagonista de una iniciativa única de conservación por parte del gobierno de Correa, llamada Yasuní ITT (aquí si quieres saber más).
Describir ese lugar es imposible, creo que sólo allá he podido ver la verdadera jungla, la foresta amazónica como tenía que ser al inicio de los tiempos. Pajaros y delfines rosados nos acompañaron hasta una hermosa laguna poblada de pirañas, cocodrilos y boas.
Por suerte los guarda-parques nos prohibieron pescar pero nos quedamos contemplando la selva hasta en la noche. ¡Fue hermoso!
REGRESO A LA CIVILIZACIÓN
15 horas más en lancha
rápida y luego una noche en bus hasta llegar de nuevo a Quito, que
justo celebraba su fundación con desfiles, conciertos y fiestas por
todas partes. Mi amiga Bea celebraba su cumpleaños, mi otra amiga
Ceci acababa de parir su primera hija mujer, Amanda. La distancia me
ayudó a extrañar a Massi y tengo toda la esperanza de que la luna
amorosa crezca pronto otra vez!
LA BANANA VA DE VACACIONES
La Cooperativa Banana va de viaje a España e Italia: pasaremos una semana juntos con nuestros amigos y amigas en Madrid y luego volaremos a Ancona (Italia) para pasar las fiestas con nuestras familias y amig@s! En enero retomaremos el viaje hacia el sur...las aventuras y las sonrisas continuarán!
*******
AGRADECIMIENTOS:
Un gran agradecimiento a Juan y
Tila, desde el momento en que entramos a Perú sentimos su amoroso
abrazo; a René, Jason, Marcos, Flor, José, Joanes y Mauri por
compartir una parte del camino. Fotos de Flor, Joanes y Josè.
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