miércoles, 12 de diciembre de 2012

Día 660 de viaje, la Banana cruza la frontera numero 11: Perú.


SOBRE EL AMOR

Dicen que el amor es como la luna: si no crece, mengua. Massi y yo después de una fase de amor lleno y bien gordito, de repente nos hemos encontrado en una fase de amor menguante y como esa piedrita que es capaz de generar una avalancha, nuestras pequeñas discusiones cotidianas se convirtieron en peleas tan furiosas que hicieron correr hasta la policía peruana.

Por eso decidimos aplacar nuestros ánimos y separarnos por un par de semanas: Massi se quedó en las playas del norte de Perú (Mancora, Organos, Punta Sal, etc), un desierto de tierra roja y arbustos que se extiende hasta el océano azul. Las playas son enormes y hermosas, miren aquí qué bonito!





HASTA IQUITOS EN BARCO

Mientras tanto Nico se subió a un bus hacia la selva, con el objetivo de llegar a Iquitos, una ciudad peruana en la Amazonía, que es la ciudad más grande del mundo a la que no se puede llegar en carro, sino únicamente en barco o en avión.

Para llegar a Iquitos en barco hay dos caminos: desde el norte por Yurimaguas, y desde el sur por Pucallpa. Yo llegué a Yurimaguas de donde zarpé en la embarcación “Eduardo VI” que navega durante dos días y dos noches por el Río Marañon. El barco está muy muy lleno de seres humanos y transporta mercancías de todo tipo. La mayor parte de las personas duerme en hamacas,pegaditos los unos a los otros.

La vida a bordo es bastante vivaz, tres cocineros gays preparan y sirven las comidas para todo el mundo, los vecinos de hamacas están tan cerca de uno que es natural hacerse amigos y se forma una especie de familia contingente. Muchos viajan por trabajo, otros regresan a sus casa o van a visitar la familia, otros parece que sólo viajan para convertir los pecadores a Dios y no faltan los viajeros aventureros de todo país. Me la pasé brincando de una conversación a otra, de una historia a la otra, de una vida a otra.

Mientras tanto el río avanzaba seguro y una linea de selva es la única frontera entre cielo y agua. “¡Wow, que aventura!” pensaba conmigo misma y todavía no sabía lo que estaba por venir.



CINCO MINUTOS EN IQUITOS

Alguien me metió la idea que desde Iquitos (Perú) podía regresar a Ecuador navegando por el Río Napo, que es un afluente del río Amazonas (Massi y yo teníamos que volver a Ecuador para dar unos talleres). Sin embargo nadie podía darme informaciones exactas sobre ese recorrido y por lo visto el barco a Ecuador sólo sale una o dos veces al mes. La Edoardo IV llegó a Iquitos a las 4.30 del lunes y, como siempre, un montón de vendedores, guías turísticas y personajes varios se subieron a bordo para cazar turistas y vender tours en la selva. Pregunté sobre el barco a Ecuador y uno de ellos me dijo que zarpaba justo el día siguiente. ¡Qué suerte! Le conté a Jose, un español que querría darse la misma vuelta, él fue a preguntar y regresó corriendo: “vamos, vamos, el barco a Ecuador sale ya mismo!”

Agarré mis cosas al tiro y saltamos de un barco a otro hasta la embarcación “Cabo Pantoja”, donde un pizarrón decía “Salida hoy, sin falta”. Justo tuve el tiempo de comprar tres botellas de agua y dos rollos de papel higiénico y realmente mis pies tocaron el suelo de Iquito por un máximo de 5 minutos.

OCHO DÍAS MÁS DURMIENDO EN HAMACA

De inmediato me fue claro que la “Cabo Pantoja” no era un lugar propiamente para turistas: el barco era una enorme chatarra oxidada, el puente inferior era un lugar infernal con un olor a baño público y en el puente superior había una reunión familiar y estaba todo el mundo bien borracho. Con Josè nos acomodamos en el puente superior (mejor los borrachos que el tufo a mierda!) y la Cabo Pantoja zarpó poco después. Sin embargo no eramos los únicos turistas, también estaba Joanes de Alemania, Flora de Francia y Mauri de Argentina. Una buena mezcla de nacionalidades.


POR EL RÍO NAPO

Empezó la navegación que duró 8 inolvidables días, el barco avanzaba a la velocidad de una bicicleta, paraba en todas las aldeas para cargar y descargar mercancías y a veces paraba en lugares donde no se veía ninguna casa pero inexplicablemente salían personas de la selva que estaban esperando el barco.




El viaje nos regaló amaneceres y atardeceres tan bellos que nos poníamos a reír por la felicidad, aventuras dignas de un libro de García Marquez, tranquilidad y muchas buenas conversaciones.




En algunas comunidades pudimos bajar a caminar por la selva o bañarnos en el río y en una aldea hasta se organizó un partido de fútbol entre los locales y los pasajeros.





La llegada del barco era un evento y en las aldeas todo el mundo venía a saludarnos, todo el mundo se conocía como un gran barrio de dimensión amazónica.




Me emocionaban las noches, me quedaba despierta cuando todo el mundo dormía, la luna llena iluminaba la selva y el agua se convertía en un río de plata, a veces el barco apagaba los motores y deslizaba en silencio sobre el agua.


PESCANDO PIRANHAS EN EL YASUNÌ

El siguiente lunes llegamos a la frontera y pasamos al primer pueblo de Ecuador: Nuevo Rocafuerte.

Aquí los mismos policías de migración nos invitaron a pescar pirañas en la Reserva Natural Yasuní. Sin detenernos sobre el hecho de que pescar en una reserva natural está prohibido, fue una oportunidad única para entrar al Yasuni. Yasuni es una reserva amazónica entre la más importantes del planeta y por diversidad biológica; además allí viven algunas poblaciones indígenas en aislamiento voluntario. La Reserva Yasuní ha sido protagonista de una iniciativa única de conservación por parte del gobierno de Correa, llamada Yasuní ITT (aquí si quieres saber más).

Describir ese lugar es imposible, creo que sólo allá he podido ver la verdadera jungla, la foresta amazónica como tenía que ser al inicio de los tiempos. Pajaros y delfines rosados nos acompañaron hasta una hermosa laguna poblada de pirañas, cocodrilos y boas.

Por suerte los guarda-parques nos prohibieron pescar pero nos quedamos contemplando la selva hasta en la noche. ¡Fue hermoso!



REGRESO A LA CIVILIZACIÓN

15 horas más en lancha rápida y luego una noche en bus hasta llegar de nuevo a Quito, que justo celebraba su fundación con desfiles, conciertos y fiestas por todas partes. Mi amiga Bea celebraba su cumpleaños, mi otra amiga Ceci acababa de parir su primera hija mujer, Amanda. La distancia me ayudó a extrañar a Massi y tengo toda la esperanza de que la luna amorosa crezca pronto otra vez!


LA BANANA VA DE VACACIONES

La Cooperativa Banana va de viaje a España e Italia: pasaremos una semana juntos con nuestros amigos y amigas en Madrid y luego volaremos a Ancona (Italia) para pasar las fiestas con nuestras familias y amig@s! En enero retomaremos el viaje hacia el sur...las aventuras y las sonrisas continuarán!

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AGRADECIMIENTOS:
Un gran agradecimiento a Juan y Tila, desde el momento en que entramos a Perú sentimos su amoroso abrazo; a René, Jason, Marcos, Flor, José, Joanes y Mauri por compartir una parte del camino. Fotos de Flor, Joanes y Josè.

COMO VIAJAR DE IQUITOS A ECUADOR EN BARCO


De Iquitos (selva peruana) es posible navegar hasta Coca (selva ecuatoriana).
El recorrido es Iquitos – Pantoja – Nuevo Rocafuerte – Coca, en total fueron 9 días de navegación y 61 dólares.

Aquí los detalles. Desde Iquitos a Pantoja salen dos embarcaciones: la “Cabo Pantoja” y la “Tito”. Ambas no tienen horario ni fecha en el calendario y es imposible saber con anticipación cuando zarparán. Por lo general cada una hace 1 viaje cada mes, así que es posible navegar cada 15 días. La única manera es ir al puerto y preguntar posiblemente al capitán, aunque siempre hay cambios de última hora y hay que estar muy pendiente. Yo navegué en la “Cabo Pantoja” que por lo visto es un poco mejor de la “Tito”.

Estos barcos hacen un pequeño tramo del Río Amazonas y luego navegan por el Río Napo hasta llegar a Pantoja, último pueblo peruano en la frontera con Ecuador. Este viaje dura aproximadamente 8 días (en nuestro caso de lunes a lunes) aunque eso también depende de muchos factores: el barco se puede arenar o puede quedar uno o dos días en una aldea esperando que se descarguen las mercancías. 

El viaje de Iquitos a Pantoja cuesta 85 soles (aprox. 34 dólares), incluye las tres comidas para cada día de navegación. Todo el mundo duerme en hamacas (bien pegaditos los unos a los otros), no hay cabinas para pasajeros. Puedes elegir poner tu hamaca en el puente superior o en el inferior: el puente inferior huele muy mal y ponen videos evangélicos todo el rato. Recomiendo dormir en el puente superior, pero antes de colgarla averigua bien que no haya hoyos en la lona del techo para repararse de la lluvia. La comida es básica (arroz con pollo, avena con pan) pero no está mal. Hay que llevar tu hamaca, un taper y cubiertos para recibir la comida, si no lo tienes comprálo antes de zarpar. Los baños son bastante malos y sucios... pero se aguanta! El barco va parando en comunidades y aldeas, donde es posible salir y comprar frutas, agua, galletas, cosas de primera necesidad. Pero cuidado, si te demoras el barco se irá sin esperarte!

Una vez en Pantoja, después de marcar la salida de Perú, puedes contratar una lancha privada que te lleve hasta Nuevo Rocafuerte, el primer pueblo de Ecuador. Nosotros viajamos en un Peke-Peke, pequeña canoa de madera, el viaje duró 2 horas y media y pagamos 30 soles (12 dólares) cada uno (eramos 5 personas). Hay barcos techados y con motor más rápido que cobran un poco más, mientras que los barcos ecuatorianos por lo general cobran un poco menos. Hay que preguntar a diestra y siniestra en el muelle.

En Nuevo Rocafuerte marcas la entrada a Ecuador, la policía de migración de allí es muy amable y veces ofrece hospedaje a los turistas en su oficina.



El último tramo es de Nuevo Rocafuerte al Coca. Todas las mañanas a las 5.00 am sale una lancha rápida de Nuevo Rocafuerte hasta el Coca (son 15 dólares y 13 horas de viaje). Los lunes y sábados también sale una embarcación del municipio que es más rápida y más económica. No conozco otras opciones.


Una vez en Coca ya hay carreteras y buses a todas partes de Ecuador. A Quito por ejemplo hay buses cada 30 minutos a partir de las 6pm hasta la medianoche (valen 10 dólares y tardan 7 horas).



Hay quienes dicen que es un viaje muy incomodo y terrible. Claro, el barco es una chatarra oxidada y definitivamente no es para turistas. Sin embargo, adaptándose un poco, el viaje me pareció inolvidable, la gente muy amable y los lugares hermosos. ¡Lo recomiendo!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Más fronteras...

Última noche en Ecuador: la Banana avanza lenta pero segura... ¡hacia Perú!

Lastimosamente, por más que lo intentamos, no pudimos extender más el permiso de circulación de nuestra furgoneta en Ecuador: por eso mañana pasaremos la frontera a Perú donde la aventura continúa!

A todxs los amigxs ecuatorianxs decimos: "No crean: no se liberarán de nosotrxs tan facilmente!!" en diciembre asomaremos otra vez... así que guarden un cevichocho, un jugo de naranquilla y una Pilsener (ecuatoriana) para un reencuentro pre-navideño.

Para celebrar los hermosos meses que pasamos en el país de la mitad del mundo, que tan bien nos recibió, compartimos este reportaje hecho por Juanka Castillo de RTS-Ecuador.
Ecuador ya se que te extrañaremos un montón!!!



Agradecimientos: a Juan Carlos Castillo y su compañera por hacernos emocionar con nuestras propias palabras; a Bea... Beita gracias por todo y mil veces más; a Mariangela, Samuele y sus dos enanitos por la cama numero uno en Ecuador; a Diego Arteaga, fue buenaaaaaazo trabajar con vos; a Paula Parrini y la Fer por los desayunos; a Mama Celia por su magia y su cariño; a Gabriela Malo, Deborah Hines y el personal del PMA por la linda recepción; a Caro y su familia en Riobamba otra vez gracias por el increíble apoyo; a Priscila por evitarme la cárcel y bueno... a Ecuador entero porque nos permitió soñar en grande! 

martes, 30 de octubre de 2012

Una semana de puro teatro.

FESTIVAL de TEATRO ZIG-ZAG

Del 22 al 27 de octubre la Cooperativa Banana ha tenido el privilegio de participar en el Noveno Festival de Teatro Zig Zag en Riobamba.  Los festivales son las vacaciones del viajero: hotel de buena fama, restaurantes bonitos, entrevistas en todas partes, funciones todo-organizado, público y aplausos... en fin, todo lo suficiente para levantarnos el ego y hacernos sentir todas unas estrellas! 

Y además, como parte del paquetes todo-incluido, está el encuentro con otros locos teatreros en este caso con Cuatro Quijotes, grupo de teatro itinerante de Tandil (Argentina), los Tombola Seis , pareja colombo-argentina que nos sorprendió con su magia, el Teatro Ensayo, el grupo de teatro más antiguo de Ecuador y todas las personas del grupo de teatro riobambeño Teckh. Vimos cuanta más funciones de teatro pudimos y después de algunas semanas sin actuar, teníamos ganas de volver a ponernos la nariz roja! Además teníamos mucho tiempo de no compartir con otros viajeros, así que para nosotros ha sido regenerante! 

El Festival estaba muy bien organizado y las salas se fueron llenando cada día más. Además de las funciones en la sala de teatro, hubo unas cuantas "funciones solidarias" para personas generalmente excluida del teatro: a nosotros nos tocó actuar en un hogar para ancianos. Uno de ellos se emocionó tanto que estuvo actuando con nosotros durante toda la obra, haciendo todo lo que hacía el payaso Mario, incluyendo tirarse el piso y bailar el rap final!!

Finalmente, como parte de Zig-Zag, la Cooperativa Banana dio un curso de teatro clown a un grupo de jóvenes y niños de la comunidad de San Isidro.  El aplauso más grande va seguramente a Luis Bayas, organizador único y supremo del festival, un hombre de pocas palabras pero bien dichas. ¡Bravo Luis!

MÁS FUNCIONES CON GRANES PÚBLICOS

Justo después del Festival, dejamos estacionada la Banana en Riobamba y salimos hacia el sur-oeste: llegamos verdes como aceitunas, ya que fueron dos horas de curvas y sustos a toda velocidad. El motorista (Ernesto) debía ser un familiar lejano de Michael Shumhacher. 

Tuvimos dos funciones en los pueblos de Pallatanga y Cumandá, como parte del cierre de una campaña sobre prevención de inundaciones de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos y Geólogos del Mundo. La función en Cumandá fue todo un chiste ya que tuvimos que armar nuestra escenografía y sonido mientras se jugaba un partido de fútbol, la banda del pueblo tocaba a todo volumen y casi 700 personas de un desfile invadían el espacio sin control. Pero, de todas formas, la sacamos!

La función en Pallatanga en cambio fue genial, muy muy divertida, tanto para nosotros como para los espectadores: casi 500 chicos y chicas de un colegio público. Aquí unas fotos de Daniel:


Entre una función y la otra, pudimos disfrutar de un hotel hermoso a lado de un río con sauna, hidro-masaje, piscina y sobre todo la hermosa compañía de Carolina y Daniel, de Geólogos del Mundo, dos personas geniales y amorosas. ¡Gracias!


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OTRO MUNDO EN CONSTRUCCIÓN



Este es el momento del definitivo hermanamiento entre la Cooperativa Banana y el Huerto del Pozo un proyecto de permacultura, ecología, contra-información y mucho más que un pequeño huerto en Sanabria (España).






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UN PIC-NIC DE ALTURA


Llegó el fin de semana: ya no teníamos hoteles, ni restaurantes fresitas a donde ir pero igual la pasamos genial. Nos quedamos en la casa de la familia de Carolina, anduvimos por los mercados y locales de Riobamba. El domingo, juntos a nuestro amigo Kike, subimos al volcán Chimborazo, el más alto de Ecuador. El día fue asoleado, veíamos las nubes abajo de nosotros y hicimos un pic-nic en la nieve a más de 5.000 metros de altura. Fue realmente especial. 





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AGRADECIMIENTOS 


A Luis Bayas, David y todas las personas que organizaron y nos acompañaron durante el Festival Zig-Zag, nos hemos sentido muy bien. A los chicos y chicas de San Isidro que participaron en el taller de clown por jugar y reirse con nosotros. A Carolina y a toda su familia tan linda y amorosa por todo el incondicional apoyo que nos dio en Riobamba; a Daniel, a su Huerta del Pozo y a la cantidad de iniciativas e ideas que tiene para construir un futuro mejor; a Geólogos del Mundo, Care, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, Visión Mundial quienes pusieron la plata, los hoteles y los restaurantes fresita... buenazo!; a Marcos Cerra Becerra porque dicen que se ha regresado a El Salvador pero nosotros todavía lo sentimos aquí. A Kike por viajar varias horas y llegar a la función justo 1 minuto antes de iniciar y por habernos enseñado mucho sobre la vida en el tiempo de un pic-nic! 

domingo, 14 de octubre de 2012

El descubrimiento del agua caliente...casera.

Siendo el viaje una Prestigiosa Universidad de Vida, en Ecuador hemos aprendido a hacer un radiador solar para calentar agua. Es fácil de  construir y se usan materiales reciclados. Aquí va el procedimiento!

Ingredientes: tubos y "T" de cobre, latas, botellas de plástico (iguales), pintura negra, tijeras, una pistola de silicona, una pistola para soldar cobre, una sierra, una tabla de madera pintada de blanco.
Las cantidades dependen del tamaño del radiador que queremos. 





Las botellas de plástico se lavan y se cortan de esta manera:



Los tubos de cobre se cortan y, usando las "T", se disponen en una estructura de este tipo: 

 


Las latas se lavan, se cortan y se aplastan para formar unas láminas de aluminio que tengan aproximadamente el mismo tamaño 

 


Las láminas de aluminio se moldean para darle la forma del tubo de este manera: 




Las láminas de aluminio se disponen a lo largo de los tubos y allí se pegan con una pistola de silicona. Servirán para expandir el calor. 

 

Para evitar que el plástico de las botellas se derrita al momento de soldar los tubos de cobre, las hemos 
colocado todas de un lado de la estructura: si las aplastas un poco las puedes meter una dentro de la otra.
Posteriormente las láminas de aluminio y los tubos se pintan de negro, color que atrae el calor.


Esta es la disposición de las botellas pero con los tubos de cobre y el aluminio dentro. 


La estructura de cobre se suelda con estaño de un lado y del otro: 



Esta es la estructura final, remachada a una tabla de madera blanca, color que refleja el calor: 



Y listo, el radiador solar se puede conectar con las cañerías de agua. Puede calentar agua para una ducha en menos de media hora, por supuesto depende del calor del sol. 


Cuando no hay sol, usando un grifo se puede usa el agua de la calefacción y ducharse de forma tradicional. Pero este panel puede reducir el consumo de gas de una familia de un 30-60%.