lunes, 14 de marzo de 2011

30 días en Puero Morelos

30 dìas en Puerto Morelos
El viaje de la Cooperativa Banana ha cumplido sus primeros 30 días (y ya son más). Pero el tiempo es relativo y durante este mes han pasado tantas cosas que aun sentimos mareo.

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La separación de El Salvador no ha sido nada rápida. Para María ha implicado horas y horas de depuración de cuatro años de violencia; yo (Nico) he ido mocosa por la vida (gripe=tristeza), soñando y recordando a cada rato las personas despedidas; Massi inclusive ha tenido que regresar a San Salvador para terminar un curso de Teatro del Oprimido con un grupo de jóvenes de todo Centro América

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Despacio, el entorno extremadamente bello de Yucatán y los colores de las personas que se nos acercaban han abierto la brecha a nuestro presente.
El Caribe como primera etapa del viaje nos ha regalado descanso, playa blancas y cielos interminables, atardeceres de mil formas en las nubes, noches sin luna en el muelle y pescado los tres tiempos. Guadalupe, Ana, Alfredo, el Negro, Paloma, Gregory y las otras personas encontradas nos han regalado tardes de heavy yoga (o yoga extremo), circo, canciones argentinas, guitarra y muchas emociones más.

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Pero, sobre todo, ha sido un tiempo para aprender. Aprender a habitar casas ajenas que se abren para acogernos (Ana, nuestra amiga argentina, nos dio posada casi un mes), cuyo espacio hay que aprender a agradecer y respetar.
Aprender que las consecuencias de lo que hacemos ya no son un hecho personal, sino que suenan en todo el grupo.
Aprender a convivir con tantas y diversas emociones que cada uno y cada una de nosotras experimentamos durante el viaje. Aprender la armonía.

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Problemas. Uno tras otro hemos encontrado pequeños problemas. La Banana ha sido caprichosa otra vez, una dura prueba para los nervios de Massi. Palabras dichas con ligereza y otras no dichas han creado continuas tensiones. El dinero, en esta burbuja turística, parecía tener una voz más fuerte y arrogante. Todo esto nos ha hecho tambalear pero la gana de aprender y poner fundamentos solidas para el viaje ha sido más fuerte de cualquier posible malentendido.
Así es como invertimos estos 30 días en construir y fortalecer el grupo con interminables charlas y lágrimas de catarsis, hemos preparado los materiales de trabajo (la presentación del grupo, el blog, las fotos) y hemos compartido el tiempo con las personas que con las que nos hemos cruzado.
El tiempo en Puerto Morelos se ha extendido más de lo que hubiéramos imaginado; se ha contraído y estirado con las personas que hemos re-encontrado. Antes Miriam, Sara y Maia; después Marta y Pablo; finalmente Matto. Cada persona ha cumplido con uno de nuestros sueños y ha contribuido al rencuentro con memorias que ya ni siquiera recordábamos.

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No imaginamos encontrar tantos problemas. Sin embargo gracias al destino los hemos podido enfrentar ya, porque hemos podido sentar las bases necesarias para el viaje. Empieza el camino hacia el norte, hacia el DF. Hoy tengo las ideas más claras que ayer.

Nico

3 comentarios:

  1. Me alegra mucho que avanzen en todos los sentidos, la verdad es que es un proyecto muy emotivo y digno de respeto con una pizca de aventura y mucha alegria...sigan adelante y que todo les salga bien.
    Estare pendiente de su blog ya que esta bien interesante FELICIDADES!!!!!

    F. Esperanza Rodriguez

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  2. Hola, querida Nico, que hermosa narración, me haz hecho vivir tu experiencia en unas cuantas líneas. Espero que los problemas o dificultades siempre sean superables y sobre todo que lo disfruten mucho. Es una aventura para admirarles la verdad.
    Sabes que te estimo mucho. Un gran abrazo desde aquí y muchas buenas vibras.
    Saludos a quienes te acompañan.
    Fátima

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  3. Belleza de texto. Lo feo y lo difícil es hermoso sin duda alguna. Ánimo viajeros! Les deseo a los tres un caracter infalible: tan fuerte para sobreponerse a los problemas y tan sensible para aprender de ellos.

    Un abrazo.
    Ale

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