En el anterior capitulo, hace aproximadamente 30 días, nos preparábamos para salir de Puerto Morelos, en el Caribe, con destino a la Ciudad de México, conocida como DF (Distrito Federal).
Bueno, amigas y amigos, ya ha pasado un mes y… ¡aún no hemos llegado al DF!
Massimo, Matteo, María y yo pasamos unos días inolvidables en la carretera, viajando hacia el norte unos cientos de kilómetros cada día, al ritmo lento de la Banana, acampando donde nos sorprendía la noche (pueblos escondidos, playas solitarias, estaciones de servicio en la autopista), cocinando a la luz de una vela y riendo a carcajadas, recordando episodios ocurridos hace más de 10 años.
La logística de la Banana iba mejorando día a día, mientras atravesamos la luminosa Mérida, las lagunas azules de Campeche, el puente de Ciudad de Carmen y las colinas delicadas de Veracruz. Alternamos los kilómetros en la carretera a las visitas culturales y a las pruebas de la obra de teatro ¿Qué Onda con la Mamá? sobre el calentamiento global, cómo ahorrar agua y la basura .
Hace unos 15 días, estando ya muy cerca del DF, la noche nos sorprendió en Puebla, ciudad colonial fundada por los españoles en 1530, conocida como la Ciudad de los Ángeles. Desde entonces no nos hemos movido: Puebla nos sorprendió, adoptó y enamoró.
Puebla recuerda Nápoles o Sevilla, con sus portales y patios frescos, donde beber un licuado, las calles llenas de artesanía local, la cerámica de colores y casas bajas, con sus pequeños restaurantes en la calle o en los
sótanos. Las calles están llenas a todas horas y, en cada esquina, descubres un músico, un acróbata o un loco.
LA ADOPCIÓN
A través de una red de contactos impredecibles llegamos a la oficina Rodarà, un grupo de teatro y circo, donde Roberto y El Gato nos brindaron habitaciones para dormir, cocinar y terminar el montaje del espectáculo. Y, a través de la misma red de contactos impredecible, empezamos a tener trabajo en escuelas, comunidades rurales y eventos con talleres de animación en la lectura y la pedagogía del humor.
Mientras que nuestro calendario se fue llenando de fechas y citas, quedamos encantados con los platos típicos de esta zona (el mole poblano, el pozole, los semitas), los paseos en el centro, las 365 iglesias de Cholula, la más antigua biblioteca del continente americano, el campeonato de Lucha Libre, cenas a base de sushi japonés. En fin, una variedad de eventos sociales y culturales inimaginable para nosotros que veníamos de estar tres años en El Salvador.
En resumen, la Cooperativa Banana tiene la sensación de que nuestro ángel finalmente se ha puesto sus gafas y ¡nos observa con gozo y cariño!
Qué alegría las noticias. Admiración profunda.
ResponderEliminarMucho ánimo
Un abrazo grande hermano Massimo, y abrazos para todos... ustedes y la gente que cruzan en su camino
ResponderEliminarhey que chevere, un abrazo a casa una/ suerte que todo vaya mejor!!!!
ResponderEliminarUn abrazo gordo y colosal a ese trio de locos que vagando por el mundo, nos recuerdan que lo podemos y debemos transformar, con mucha solidaridad, risas e ilusiones... desde el Pulgarcito, mis mejores vibras para que, junto a las suyas, las aniden en cada corazón que toquen en esa gira.
ResponderEliminarRagazzi che gioia! immagino che il nostro trio d'avventura resite davanti al tempo e i livello alto di stress, qui vi si ricorda con afetto, una domanda a massimo qual e' il numero del burro? hahahahaa dai ragazzi, che figata , saro attento alle vostre storie.
ResponderEliminarVlad
Nico, Maria y Massimo, que bueno que la estén gozando, aqui se les extraña y segura estoy que en algún punto nos volveremos a encontrar... abrazos y esperamos las proximas noticias!!! :)
ResponderEliminarbuena locos¡¡¡ cuando quieran se vienen pa' sancris¡¡¡ besoss abrazos¡¡¡¡¡
ResponderEliminarHoola María, y resto del equipo, claro!!! Me alegra leer que tenéis lo que os merecéis... la oportunidad de ser maestros y ángeles, repartir sonrisas y compartir experiencia y vida con tanta buena gente. Seguiré el blog para ver si que os depara el viaje.. hasta q volvamos a vernos por Azuaga u otros lares.
ResponderEliminarBrisi!!! Que te echamos de menos, ay! Un beso enorme!!! Miriam