viernes, 18 de marzo de 2011

Historias de carretera

José nos regala un pescado de 5 kilos que le acababan de dar a él, porque hace una media hora se le reventó una rueda y su carro dio tres vueltas de campana antes de salirse de la carretera y caer entre los árboles a tres metros de nosotros, y le ayudamos a salir, biblia en mano, del amasijo de hierros que quedo del auto. Media hora, el tiempo justo para comprobar que la sangre es de heridas superficiales, sacar la mochila de la cabina y desaparecer antes de que llegue la policía porque no tiene los papeles en regla.



El pescado de 5 kilos se convierte en un quebradero de cabeza a la hora de la cena, porque queriéndolo asar a las brasas de una candela, pesa demasiado, no encontramos la forma de atarlo y el fuego ni lo roza, así que termina a trozos en la sartén en la cocinilla de gas.

El humo de la candela espanta los mosquitos y nos envalentona para dormir fuera, pero el fuego se apaga a medianoche y los mosquitos se cobran su venganza.

Llenos de picaduras y tres días mal lavados en agua de pipas o de pozo, poca y marrón, en comunidades de pescadores o campesinos, cambiamos un partido de boley en Blasillo, un poblado del borde de la carretera, por una ducha y electricidad para ensayar por la mañana.




Los ensayos se convierten en pequeños esquetchs que mostramos a la gente que nos acoge, las mamas que llevan a sus niños a la escuela y se quedan mirando, las que limpiaban la puerta de su casa cerca y se acercan, los que no tienen nada que hacer, ni mejor ni peor… y así vemos que funciona y que no.


Limpios y bajo el techo de un pabellón deportivo , después del ensayo preparamos una sopa de verduras cuando se acerca un lugareño que nos habla como gringo que aprendió español con un mal maestro, empeñado en que no entendemos el español y deseoso de mostrar sus aptitudes.

La sopa de verduras se cocina en la cocinilla de gas y el gas se acaba. En la carretera hay uno de esos lugares para rellenar las bombonas y ahí está otro tipo que carga su carro, nos cuenta que antes era Chatarrero, cogía hierro, aluminios y cosas así, las separaba y las fundía, entonces a nivel social era el que buscaba en la basura, estaba en el estrato más bajo. Ahora le llaman Reciclador, hace exactamente lo mismo que antes, pero ha subido en la escala social, porque ahora mantiene limpio el planeta.
(maría)

1 comentario:

  1. Que fortaleza la de ustedes de verdad que es admirable espero que todo marche mejor por lo menos sin mosquitos jajaj y con pescadito menos pesado....les deseo lo mejor se que lo que hacen es lo que les apasiona y es lo que aman pero vale la pena mencionar que tambien deben de tener mucho cuidado en todos los sentidos!!! Les admiro un monton gracias por compartir su aventura por medio de este su blog que procuro revisar siempre...ya subi la direccion a mi muro de facebook y mas de alguien ha entrado a ver este blog ANIMO Y ADELANTE BENDICIONES!!!

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